Las
memorias no sólo son almacenadas en el cerebro, sino también en la red
psicosomática que se extiende por todo el cuerpo, a lo largo de las conexiones
entre los órganos y hasta la superficie de nuestra piel. - Candace Pert
El
cuerpo humano se puede comparar con una biocomputadora muy sofisticada, donde el
cerebro no es el único lugar donde están almacenadas nuestras memorias, también
disponemos de la memoria de las células donde están grabadas experiencias que
condicionarán nuestra vida profundamente.
Nuestra memoria
celular es un conjunto completo de archivos alojada en la bio-computadora
humana. Es la información de nuestra herencia genética y de toda nuestra
historia individual; es el registro preciso de vida, como un diario de bitácora
impreso en todas y cada una de tus células.
• de las experiencias
del alma;
• de las experiencias
de nuestros antepasados;
• de la información
proveniente de la cultura en la que fuimos educados.
Cada célula de
nuestro cuerpo puede guardar memoria y cada uno de nosotros tiene una memoria
única que nos pertenece, y que es nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; memoria que nos informa y
que nos impregna.
Almacenados en la
memoria celular están todos los patrones –conscientes e inconscientes– de las
conductas improductivas que no nos permiten sentirnos plenos y en paz con
nosotros mismos.
La memoria celular
afecta la manera como desempeñamos las tareas rutinarias y cotidianas, el modo
como reaccionamos al estrés y la manera en que enfrentamos los desafíos
emocionales.
Si las heridas
pasadas guardadas en la memoria celular no se sanan, podrán limitar nuestra
libertad y producirnos enfermedades.
• El campo
electromagnético humano guarda la memoria e imprime a todas y cada una de las
células del cuerpo físico con información energética o “info-energía”.
• La sumatoria de
todo lo anterior da origen a una “sopa energética única” a la que llamamos
“Yo”, con los rasgos, tendencias, talentos y deficiencias físicas, mentales y
emocionales que cada uno de nosotros experimenta en la vida.
• Cada uno de
nosotros vibra en una frecuencia energética única. Somos seres
electromagnéticos que generamos o atraemos nuestras propias “vidas” en función
de las frecuencias con las que resonamos internamente.
Algunos puntos acerca
de la memoria celular
Así como nuestras
impresiones digitales son únicas, también lo son nuestra existencia, y ella
está impresa en cada célula de nuestro cuerpo.
1- Todo nuestro ser es como un holograma
inteligente, integrado e individual. En realidad somos un ser holístico, no la
suma de las partes. Los rótulos «cuerpo», «mente», y «espíritu» son artificiales
y sólo sirven para ayudarnos a estudiar y hacer más comprensible nuestra
existencia como seres humanos. Cada punto del holograma celular contiene la
información completa del todo. El cuerpo
podrá curarse solo si la mente y el
espíritu también son curados. Esto significa que, si se quiere llegar a la
transformación a través de este proceso, se lo debe encarar de manera
integrada.
2- La memoria celular recibe la impronta de un
campo energético cargado de información, que llamamos «info-energía». Si magnificamos una célula hasta que los
átomos que la constituyen sean visibles, podremos comprobar que estamos
diseñados sobre la base de delicadas masas de infoenergía. En este sentido, la
física cuántica ya ha descubierto que los bloques básicos que constituyen la
materia visible están conformados por luz y sonido.
3- Todas las células
son esencialmente lo mismo. Si pudiéramos des-programar las células y
despojarlas de su capacidad de diferenciarse para formar órganos, músculos y
huesos (lo que se llama «predisposición bioquímica»), volverían a su estado
original y podrían convertirse en cualquier parte del cuerpo. Es decir,
volverían a ser y a comportarse como antes de la formación del embrión.
4- Las células son las piezas del holograma que
tienen nuestra identidad y llevan nuestro nombre. La vida de cada uno de
nosotros es única. Así como no existen dos briznas de pasto iguales, tampoco
han existido, existen ni existirán, alguien como tú o como yo. La combinación
de material físico, mental, emocional y espiritual con todas las influencias y
factores que conforman lo que damos en llamar yo, es una obra maestra,
exclusiva, imposible de replicar.
El cuerpo humano está
formado por células que crecen, se diferencian y se multiplican llevando
consigo la información básica del primer momento de la concepción. Esta
combinación única de info-energía será la matriz fundacional de una vida
humana, hasta la desintegración del holograma en el momento de la muerte. De esta manera, las células de nuestro cuerpo
son como los ladrillos con los que se construye el holograma que representa el
ser humano y que se convierte en el vehículo principal de esta experiencia
existencial que llamamos «mi vida».
5- Las células de
nuestro holograma llevan consigo toda la información física, emocional, mental
y espiritual. Nuestras células transportan el ácido desoxirribonucleico (ADN),
que contiene la impresión genética y el diseño completo de nuestro cuerpo.
También, las células alojan las impresiones de las experiencias mentales,
emocionales y espirituales vividas. Nuestras células guardan información de
todas las experiencias pasadas y de todos nuestros condicionamientos genéticos.
Toda esta información
está viva en nosotros en forma inconsciente y determina así todos los patrones
físicos, emocionales y mentales que poseemos. Somos un conglomerado energético
que resuena y vibra como si fuéramos una nota musical. De alguna manera, la
humanidad entera está representada en todas y cada una de las células de
nuestro cuerpo. Nada de lo que experimentamos –sea positivo o negativo– escapa
al diseño altamente condicionado de nuestro holograma.
Nuestra experiencia
de vida consciente es como la punta visible de un iceberg. Esta parte visible
representa sólo un 3 a un 5 % de la totalidad de lo que somos en verdad. La
parte sumergida del iceberg es la que representa nuestra vida subconsciente y
es esta parte la que impregna las células con información y memoria. El
subconsciente opera detrás de un de velo energético condicionando nuestra
manera de percibir y de reaccionar a nuestra vida.
6- Nuestras células
requieren ser parte del flujo de energía creativa del universo. Dar y recibir amor es fundamental para la
vida celular. Nuestro holograma ha sido diseñado para nutrirse y crecer
energéticamente por medio del amor incondicional.
Entender cómo funciona la
dinámica celular nos ayudará a comprenderlo mejor:
En el cerebro, el
hipotálamo se encarga de sintetizar las proteínas, adecuándolas a las distintas
funciones orgánicas. Estas proteínas especializadas –denominadas neuropéptidos–
son liberadas en el torrente sanguíneo cada vez que un estado emocional se
dispara.
Cada estado emocional
produce una especie diferente de neuropéptidos; éstos viajan rápidamente por el
torrente sanguíneo hasta encontrarse con las células que tienen los receptores
adecuados para ellos. Esto significa que nuestras células tienen cierta cantidad
de receptores disponibles para ciertos neuropéptidos.
Por ejemplo, podemos
encontrar muchos receptores para alojar los neuropéptidos generados por el
estado de tristeza - frustración de una persona que está constantemente
deprimida. Por el contrario, en la misma persona, no habrá suficientes
receptores para aquellos neuropéptidos generados por los estados de optimismo y
alegría.
Si nuestras células
son bombardeadas a diario y de manera inconsciente por las emociones generadas
por patrones de pensamiento y creencias que producen contracciones (enojo,
miedo, tristeza, culpa, vergüenza, etc.), habrá cada vez menor cantidad de
receptores disponibles para las funciones de asimilación, nutrición, limpieza y
curación.
Aquellas personas que
diariamente dan y reciben amor –a sí mismos y a los otros– pueden llegar a
disfrutar de mayor salud en todos los niveles. En cambio, aquellos que no lo
hacen y pasan demasiado tiempo criticando, quejándose y culpando –a sí mismos o
a los demás– padecen muchos más problemas físicos, mentales o emocionales.
Literalmente, el amor
es lo que da a las células su fuerza vital; como contrapartida, la ausencia de
amor resulta un drenaje para nuestra vitalidad y nuestra salud.
7- Lo que se resiste, persiste. Lo que se
resiste, se atrae. Esta es una de las premisas antiguas más útiles para
entender nuestros problemas. Las células
están naciendo, creciendo y muriendo constantemente, reflejando a la perfección
cómo funciona el universo: cambiando sin pausa, transformando y re-generando.
De manera que podemos
fluir con los cambios que el universo pone en nuestra vida o, por el contrario,
resistirlos. Nuestro trabajo con la
memoria celular nos ha permitido observar que las enfermedades que sufrimos son
en su gran mayoría, consecuencia directa de nuestro hábito de resistir al flujo
del universo en nuestras vidas.
8- Las células buscan la transformación
naturalmente. La aceptación del flujo de la vida y los cambios que conlleva,
produce un profundo efecto de sanación, porque la actitud de aceptación produce
paz interna y externa. Este estado afecta profundamente a las células, que
enseguida actualizan la información contenida en todos los archivos físicos,
mentales, emocionales y espirituales.
Entonces, toda
aquella información que resulta inútil o innecesaria es removida de la memoria
celular, para ser reemplazada por nuevas formas de ser y de accionar. Las
técnicas comprendidas en los protocolos de Liberación de la Memoria Celular
(Cellular Memory Release –CMR–) han sido creadas para producir estos cambios de
manera gentil y profunda.
9- Las células
regulan la intensidad del proceso de transformación. En cada célula –como el
diseño en pequeña escala de tu holograma completo– existe una increíble inteligencia
que sabe cómo digerir y transformar todo lo que te sucede. Es una función que
las células cumplen automáticamente cuando están libres de resonancias
contractivas.
La decisión de
transformar esas resonancias es un proceso liberador que debe ser encarado con
coraje, determinación y espíritu de aventura. A partir de ese momento, es el
paso del tiempo lo que ayuda a integrar y a asentar gradualmente los cambios
espirituales, mentales y emocionales.
10- Las células están
diseñadas para limpiar y eliminar los patrones que ya no son útiles y para
integrar nuevos patrones que despierten nuestro último potencial. Físicamente,
las células se deshacen de lo que no quieren o no necesitan y también llevan a
cabo esta función energéticamente, eliminando aquellas resonancias que ya no
nos sirven. Una vez que esos viejos patrones tóxicos han sido descartados, son
reemplazados por otros más nuevos y positivos que nos ayudan a experimentar
nuestra vida de manera más libre y saludable.
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